Eguzkilore modelada en piel.
En tonos marrones ,pieles naturales, o en colores, teñidas por nosotras.
Pueden ser en imperdible de falda , en alfiler o imperdible trasero.
Medidas en cms: con alfiler 10cms, con imperdible de falda 8cms y con imperdible trasero 5x5cms
Enviar whatsapp para comentar en qué formato la quieres y te envío foto de los colores que tenemos. Avísanos si la quieres personalizada
Trabajo artesanal diseñado y elaborado en nuestro taller en Navarra.
La leyenda:
La eguzkilore (Eguzki-Sol Lore-Flor) es una flor de cardo silvestre que se coloca en las puertas de los caseríos para proteger la casa de males, enfermedades, tormentas, genios y brujas. Es una especie protegida por lo que está prohibido recolectarla.
«Leyenda de la Eguzkilore»
Hace miles y miles de años, cuando los hombres comenzaban a poblar la tierra, no existían ni el Sol ni la Luna y los hombres se encontraban inmersos en una gran oscuridad, asustados por las numerosas criaturas que salían de las entrañas de la Tierra en forma de toros de fuego, caballos voladores, enormes dragones, genios y brujas…) Los hombres, desesperados, decidieron pedir ayuda a la Tierra.
-Amalur (madre Tierra)- le rogaron- te pedimos que nos protejas de los peligros que nos acechan constantemente…
La Tierra estaba muy atareada y no hizo caso a los hombres, pero estos tanto y tanto insistieron que al final les atendió.
-Hijos míos, me pedís que os ayude y eso voy a hacer. Crearé un ser luminoso al que llamaréis Luna.
Y la Tierra creó la Luna.
Al comienzo, los hombres se asustaron mucho y permanecieron en sus cuevas sin atreverse a salir, pero, poco a poco, fueron acostumbrándose. Al igual que los hombres, los genios y las brujas también se habían atemorizado al ver aquel objeto luminoso en el cielo pero también se acostumbraron y no tardaron en salir de sus simas y acosar de nuevo a los humanos.
Acudieron una vez más los hombres a la Tierra.
-Amalur – le dijeron – te estamos muy agradecidos porque nos has regalado a la madre Luna pero aún necesitamos algo más poderoso puesto que los genios no dejan de perseguirnos.
-De acuerdo, crearé un ser todavía más luminoso al que llamaréis Sol. El Sol será el día y la Luna, la noche.
Y la Tierra creó al Sol.
Era tan grande, luminoso y caliente que los hombres tuvieron que ir acostumbrándose poco a poco pero su gozo fue muy grande porque, gracias al calor y a la luz del Sol, crecieron las plantas de vivos colores y los árboles frutales. Y, lo que es aún más importante, los genios y las brujas no pudieron acostumbrarse a la gran claridad del día y desde entonces sólo pudieron salir de noche. Así, los hombres, fueron otra vez a ver la Tierra.
-Amalur- le dijeron- te estamos muy agradecidos porque nos has regalado la madre Luna y la madre Sol pero necesitamos aún algo más porque aunque durante el día no tenemos problemas, al llegar la noche los genios y brujas salen de sus simas y nos acosan.
Nuevamente, la madre Tierra les dijo:
-Está bien. Voy a ayudaros una vez más. Crearé para vosotros una flor tan hermosa que, al verla, los seres de la noche creerán que es el propio Sol y os dejarán tranquilos.
Y la Tierra creó la flor Eguzkilore (Flor del Sol en Euskera, lengua vasca) que hasta nuestros días defiende nuestras casas de los malos espíritus, brujos, lamias, genios de la enfermedad, la tempestad y el rayo.
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